miércoles, 29 de junio de 2011

¡Virgen Santísima!

Hoy he desempolvado una carpeta que tengo guardada en esa otra carpeta tan aclamada llamada "varios". "Católicos Jarcor" la nombré en su día. Contiene merchandising oficial de Jesucristo. (Risas). No sé muy bien por qué a mí este negocio me recuerda a los vendedores de camisetas falsas a la salida de los conciertos.

Desde camisetas hasta figuritas, pasando por "joyería". Vamos, todos los souvenirs que no pudieron ser fabricados durante los tres días prerresurrección (entonces las cosas iban a mano y por trueque, y cuán mejores eran los resultados, oye). 

Al grano, que a lo tonto ya han pasado 2011 años y habrán pensado que convendría modernizarse un poco (pero sin pasarse). Aprovechando las nuevas tecnologías, han decidido vender por internet objetos representativos de su fe. El impacto artístico de Rothko no es comparable con el que ha tenido este negocio en mí. Años después, como digo, redescubriendo estos tesoros en Mis Documentos, aún se me atragantan el hipo y el flato.

Lo más curioso de esta "campaña" publicitaria es que parece manejada por personas totalmente ajenas a (y rabiosas con) la religión católica. La filosofía de estos santos creativos se sitúa en esa delgada línea que separa el fanatismo de la burla. También se sitúa en sus santos c******. Consejo para todos los religiosos "jarcor": una predicación debe ser seria y solemne, cualquier atisbo de ironía es contraproducente a escalas inimaginables. Un celíaco metiéndose harina. Un claustrofóbico ciego. Un vegano adicto al caballo comiendo "Ruffles  Jamón Jamón". 

Retomando el concepto de venta de merchandising pirata, me estoy planteando hacer mío este agosto aprovechando la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid (JMJ, del 16 al 21).
   Os dejo a continuación con varios ejemplos. No voy a entrar en la industria de la música ni en el "purity ring" porque se me haría tarde para comer. Para comer el lunes. De todos modos, aquí dejo una web donde se pueden adquirir anillos de pureza, entre otras cosas, por un módico precio, en caso de que algún lector o alguna lectora esté interesado o interesada: http://www.vchristianstore.com/


El primer comunista y el primer trasgu, ¿oyisti? 
Luego te miran "raro" por la calle si llevas algún pendiente de más...¡Coherencia!

"Pick Jesus".
Magos de la palabra, demagogos y elocuentes desde tiempos remotos. Creo que también hacen buena repostería.

 ¿Quién dijo "Waterworld"?




"Christ is de solid Rock On which I stand". UuUuUu...Hilando fino.

No iban a ser todos los eslóganes buenérrimos...

HELL to the yeah!!

lunes, 4 de abril de 2011

El mundo me impone nerviosa.

Celoso de los humanos más atrevidos, el mundo se pone por montera a sí mismo y lo celebra interrumpiendo el curso natural de un día cualquiera para una persona cualquiera. Y no podemos hacer nada por evitarlo. Si lo haces, vas a la cárcel.

Por un lado, están las llamadas telefónicas de compañías telefónicas. Estás concentrada en el trabajo o en unas croquetas de jamón recién hechas y te llega una llamada de número desconocidísimo. Es que ni te suena quién puediera ser; ni el prefijo te ayuda con el enigma. Pasados unos segundos reaccionas y en un momento de lucidez sientes miedo: "no serán de compañía telefónica...", piensas mientras notas cómo tu estómago centrifuga las croquetas. Por supuesto, no devuelves la llamada. En primer luegar, porque sería lanzar piedras contra tu propio tejado y, en segundo lugar, porque probablemente estarías llamando a Ecuador como mínimo y, por mucho que lo nieguen los más menos del país, seguimos en crisis.

La próxima vez que llaman, de todas maneras, lo coges porque recuerda: ellos tienen más insistencia que tú paciencia. Y comienzan a desarrollar una auténtica tesis sobre la tarifa plus ultra que te ofrecen si te cambias de compañía. Personalmente, hace poco que he pasado por el aro, en honor a mis más ardientes deseos de cambiar de operador. No adivinaréis en qué terminó la cosa: conseguí que la teleoperadora perdiese la paciencia y no quisiese llamarme más. ¡Bien! Ahora sólo me quedan (unos cuantos millones) - 1 de teleoperadores por desesperar.

Y eso que fue sin querer. Yo de verdad estaba interesándome por la oferta, pero la cobertura de mierda (si fuese de chocolate, yo sería Gretel y estaría tallando esto en mazapán con una ramita de canela) de mi casa provocó que la chica tuviese que colgar y llamarme de nuevo varias veces, interrumpiendo la conversación en sus puntos más álgidos como:
- pues te regalamos el terminal,
- bueno... En realidad existe una tarifa más barata aún.

Con tanta interrupción, la amable señorita cortocircuitó y no volvió a llamarme. A partir de ahora voy a empezar a hacerlo a propósito. Que no me calienten que me meto en el ascensor...


Otro ejemplo de imposición mundana que me tensa especialmente es esta nueva onda de "músicos de metro", título al que yo añadiría "y medio". Todos tienen cabida en el metro y, por cojones, en tu rutina. Yo entiendo que son gente "ganándose la vida" (qué poco me gusta esta expresión, la vida no se gana, se tiene, otra cosa es lo que decidas o te veas obligado a hacer con ella) y todas esas cosas por las que todos abogamos alguna vez.

El caso es que estás sentada en el metro (si has tenido suerte), tranquilamente leyendo un libro y escuchando música de esa que te gusta cuando volando llega una aplicación de dolor de cabeza que se instala en tu < body > sin necesidad de drivers especiales, sólo los justos para ponerte crazy perdida. ¡Cancelar! ¡Cancelar! ¡¡¡Aaaaaaaaaaah!!! ¡¡No puedes!! Se ejecuta sin permiso ni ton ni son (si al menos tuviera son...). Tu única escapatoria es irte al vagón más proxy... Al que se trasladan los intérpretes en la siguiente parada.

Puede uno tomárselo a risa, pero si tienes el día cargadito de cosas que hacer y, tristemente, tus momentos libres has de pasarlos en el metro, no te hace ni puta gracia que te azoten con versiones denunciables de canciones pasadas de moda, o incluso canciones de otras culturas que lejos de decirte algo, te saturan los oídos.

Vamos a ver, si a ti te encierran en un vagón a cal y canto y te maltocan un acordeón y una ocarina que generan una fuerza centrífuga que te aplasta contra el cristal de la puerta, dejándote los oídos, lof dientef y lof mofletef en el mifmo, fin poder falir... ¿Les das dinero? ¿Les darían dinero los altos y bajitos mandatarios? Ah, espera, que esos no usan el metro, ni las esquinas de las calles y regalan rosas en docenas el día de la madre y no una sola una noche, en un bar.

Empiezo a considerar esto un impuesto más, nunca mejor dicho.

Y la culpa no es de estas personas sin recursos. Esto de la inmigración descontrolada me recuerda a las cajas de experimentación con animales, donde se introducen y se juega con ellos sin dejarlos escapar de los barrotes. Si aprietan tal palanca tal número de veces, obtienen comida, pero si el tiempo establecido entre comida y comida es muy alto, mientras beben, husmean, se cagan en todo...

...O tocan en el metro.

Esta realidad, ¿no os pone nerviosos?

martes, 24 de agosto de 2010

"Fiestes de prau, de les de siempre"

Y me refiero a las de pueblos en los que aún no tiene sentido el reconocimiento oficial por necesidad que se le viene otorgando al botellón y en los que no hay afluencia masiva de gente.

"Prau" (prado), carpa, sidra, bollos de chorizo, vino que no se conoce más allá de los confines de la verbena, una orquesta de músicos uniformados con un gusto únicamente comparable con el precio del vino, espontáneos esperpénticos ("esperpontáneos"), desenfado y familiaridad general. También hay concursos de canto tradicional o "toná" (hablando en plata, cantar a voces imitables por una gaita) y de baile.
 

El baile.
En estas francachelas rurales existe un "Decálogo del buen bailar" no escrito, pero asumido con máximo grado de respeto por todos los asistentes, generación tras generación, desde tiempos inmemoriables. Cabe destacar el derivado de esta joya del folklore que es el "Decálogo para el buen bailar - especial bodas".

Las normas básicas originales son las siguientes:

1. Desde el momento en que la pareja decide adentrarse en la pista de baile, ambos miembros han de levantarse de la silla con una intención superlativa (que con la edad decrece) de sentar cátedra como que no quiere la cosa. Indicios de haber iniciado este ritual milenario se aprecian porque se resiste la boca tan fuertemente a dibujar una sonrisa que ésta ha de asomarse por los ojos, resultando en una mirada provocadora y divertida.

2. Una vez en la zona de danza, se ha de adoptar una actitud hierática, caracterizada por una rigidez cervical notoria.

3. Al coger a la pareja, los codos han de quedar a la altura de los hombros. Son tus codos los que han de quedar a la altura de tus hombros.

4. Es preciso mirar al infinito por encima del hombro de la pareja de baile y evitar, en la medida de lo posible, desviar la atención del horizonte. Esto es, si tu pareja te sorprende con un jocoso comentario fruto de la excitación del momento, tú desvías la mirada forzosamente hacia él/ella, asientes, sonríes sin enseñar los dientes (esto es importante, ya que denota seriedad y concentración en la tarea y, por tanto, es una muestra de respeto a los antepasados) y rápidamente retomas la posición inicial.

5. Hay que considerarse a sí mismo un paquete. Me explico: hay que comportarse como un solo cuerpo, compacto. No se tienen extremidades (y si se tienen son de escayola; me pregunto si esto afectará a todo, todito el cuerpo).

6. Los pasos de baile se corresponden con los de un pasodoble amateur, suene la canción que suene, y deberán dibujar una imaginaria estrella de múltiples puntas en el espacio de pista conquistado.

7. El movimiento de los pies ha de ser seco, seguro. Confiad, no pisaréis jamás a vuestra pareja. Y que el entorno observador no os gobierne, es impensable que alguien cuestione la profesionalidad de la técnica de baile.

8. El hombre ha de estar constantemente atento a todo. Más que por caballerosidad, por agarrarse como un clavo ardiendo a cualquier suceso que tenga lugar a su alrededor mientras baila y que, al informar divertido a su pareja (punto número cuatro), desvíe la atención de su mínima destreza para el baile, provocando una placentera sensación de alivio en el caballero. Este gesto se repetirá a lo largo de la canción hasta el fin de la misma.

9. Cuando la música llega a su fin, la pareja recobrará la naturalidad en las articulaciones y, separándose un miembro del otro, sonrientes se aplaudirán a sí mismos. Varias parejas realizando este ejercicio al mismo tiempo darán la sensación de estar aplaudiendo al resto de participantes.

10. Bajo el popular lema "aquí no ha pasado nada", la pareja se dirigirá a sus respectivas sillas de plástico blancas y retomará su actividad previa a la danza (probablemente, echando un "culín").


Los esperpontáneos
En "les fiestes de prau" se distinguen personajes que han entrado como mitos en éste, nuestro s.XXI. Por mucho que cambien los tiempos, ellos permanecen. Un pueblo no se concibe sin ellos, sobre todo un pueblo en fiestas. Son las víctimas de la facilidad que tienen los vecinos para acuñar títulos de infamia que siempre terminan en "del pueblo". Unos ejemplos son: "el borracho del pueblo", "el tonto del pueblo" o "la loca del pueblo".

En este caso, me centraré en el título más vanguardista de todos: "el trasesual del pueblo". Estas hijas del destape emanan un halo de inadaptadas difícilmente disimulable. Incluso si servidora no es del pueblo, acaba desviando la mirada hacia este personaje por alguna razón que escapa a su comprensión. Cuando decides compartir la impresión y comentas lo sola que está y la manera tan psicodélica de bailar que tiene, te explican: "ah, esa antes era Manolo; fue a Barcelona a operarse y todo porque entonces no había más sitios". Y tú sin saberlo. "Hay que ver, ¡no parece un hombre!" Pues claro...

Es, cuando menos, curiosa esta reacción y, además, muy común. Permitidme que haga un inciso aquí. En el fondo, nuestra mente es tan vil y morbosa que inconscientemente esperamos que el resultado de la operación sea un aborto de la misma. Un freak de feria. Mujer barbuda, hombre con curvas, un deportista con peluca y minifalda, una voz de orco atrapada en un cuerpo de sílfide... Y así y todo tildamos de raros sin despeinarnos a aquéllos con una realidad, aunque diferente, bastante más "normal" - sea lo que esto sea - que lo que imaginamos a priori.

Retomando la verbena, Manola estará bailando sola con su pinta de vino interminable (aquí sí que "hay paisano"...), los ojos cerrados y el equilibrio intermitente. Habiendo superado el drama de cambiarse de sexo siendo de un pueblo pequeño, poco le importará bailar dejándose llevar, con la vista fija en la única persona que la entiende: ella misma.


Son únicas estas fiestas. A la luz de los farolillos de colores, que contienen la magia de la verbena como un círculo de sal, se deja una llevar por la orquesta cacofónica y sus canciones pasadas de moda, por la gente y el buen humor, por la amistad, la sidra y el barro de los pies, en plena oscuridad del monte, como en secreto, y tiene una ya uno de los mejores recuerdos del verano, de los que brota una carcajada así, sin avisar.
Y digo yo, que en una región de historia celta, una celebración aislada en una pradera alta no deja de ser la evolución natural de un ritual en honor al dios pertinente...

¡Pues brindo por el dios de las pequeñas cosas, que al final del día, siempre son las mejores!

viernes, 13 de agosto de 2010

Una dosis de tiempo real (rechacen imitaciones).

1001 noches, con Joaquín Petit.

Programa dedicado a Juan Pérez Mercader (el entrevistado). Uno de los científicos españoles más prestigiosos. Investigador de Harvard, entre muchas otras cosas, investiga la vida en el espacio exterior a partir del origen de la nuestra en la Tierra y se codea con la cercana realidad de sintetizar organismos a la carta. Leed alguna biografía por internet y maravillaos.

En la entrevista, con esa cercanía y naturalidad tan característica de quienes ven años luz más allá de a donde nos llega la vista a los demás (y que, paradójicamente, suelen usar gafas), hace hincapié en lo insignificante que es la Humanidad en la historia del universo con el siguiente ejercicio:
imaginad que vuestra envergadura es la línea temporal desde el Big Bang (punta del índice derecho) hasta hoy (punta del índice izquierdo). Es decir, tenemos una braza de 13700 milliones de años, salvando las distancias, nunca mejor dicho, entre las unidades métricas. Entonces:

1. El agua, tal y como la conocemos, apareció a la altura del hombro derecho.
2. El planeta se enfrió lo suficiente para que surgiese vida (del orden de microorganismos) a la altura del hombro izquierdo.
3. Antes de llegar al codo izquierdo, se estima, hubo un cambio climático atribuído al impacto de un meteorito en la Tierra.
4. Después del codo ya existen seres vivos que con el "tiempo" causaron un nuevo cambio climático (¿os suena?)...

Tras algunas puntualizaciones históricas más, de las que nos podemos hacer una idea, llega Juan Pérez Mercader a la Humanidad, en la primera falange del dedo índice izquierdo. Pide una moneda con la que se da un raspazo en la uña de dicho dedo y añade: "ya no existimos".

Como él mismo ha dicho, "es necesario recordar estas cosas porque nos ponen en nuestro sitio".

El vídeo que adjunto es del cantautor gaditano Paco Cifuentes y el tema es "La vida aparte". Fue invitado al programa aprovechando que el mismo homenajeado siente un gran aprecio por los artistas de esta escuela.